Llega el verano y con él, la nueva carta de Es Jardí Cafè & Restaurant: color, frescura y espontaneidad en el plato.
Entrantes refrescantes para abrir boca y perfectos para compartir… y es que ya lo dice el dicho, ‘compartir es amar’. Y, os aseguramos, que amor a raudales es lo que rezuma de cada plato, porque ya no sólo el producto local poco o nada viajado es espectacular, sino que el mimo que le ponemos a cada elaboración es infinito.
Ostras en tres versiones para quien quiere un preludio por todo lo alto: al natural, en ceviche y con salsa ponzu que elaboramos en casa durante cuatro.
No quedan atrás el escabeche tibio de zanahoria que le da la chispa a nuestros mejillones, de Mahón, por supuesto, o la ensalada de frutas, lima y chile ají al que le hemos quitado un poco la bravura para asegurar la explosión de sabor y color.
El steak tartar de vaca menorquina cortado y aderezado al instante es un clásico renovado en nuestra carta y, como suele decirse, para acabar de conquistaros por el estómago, lo tenemos claro: nuestra focaccia artesana con, ¡atención!, humus de perejil y pico de gallo de fresas. Espectacular.
Para seguir tenemos una propuesta bien equilibrada entre platos de mar, de huerta y de campo. El pulpo asado sobre crema de ajoblanco e higos es verano en la boca. Para el que busca una experiencia amorosa, gastro-amorosa, los puerros confitados con salsa de foie y gambas es, sin duda, la mejor elección: untuosidad, intensidad, sabor…
Nuestro roast beef en su versión canalla es a la par exquisito y divertido. Filete rosadito y jugoso, pickles (encurtidos) caseros, ‘gravy’ de esos de chup-chup durante horas y todo ello en un brioche artesano de Can Pigalle. Mordisco de cerrar los ojos garantizado.
El pescado, fresco de la lonja, no necesita ni quiere mucha parafernalia, así que viene cocinado en justa medida en su propio jugo y acompañado de unas verduritas verdes, que os quiero verdes.
Para los que no perdonan no comer carne, nuestro solomillo de ternera menorquina es valor seguro. Marcado a la plancha, sin más, buen aceite de oliva y verduritas para que no se sienta solo. Y nuestra opción más viajera y especiada: carrillera de cerdo, siempre de Menorca, en curry amarillo tailandés. Se deshace, despliega sus aromas y empieza el viaje.
En postres somos caprichosos… nos encanta ir probando cosas, así que un día nos ponemos en plan clásico con una ‘cheesecake’ y otro día nos ponemos creativos con un tiramisú de matcha con lichis. Hay que estar y probar.
Un espacio mágico.
Es Jardí Cafè & Restaurant situado en el patio del Boutique Hotel Ses Bruixes, es, posiblemente, uno de los espacios más bonitos y románticos donde desayunar, brunchear o cenar en Mahón.
Cuatro naranjos, de cuyas naranjas hacemos mermelada cuando es época, presiden este patio de una típica casa señorial de principios del s. XIX.
Arcos y balustres de piedra de ‘marés’ adornados por jazmines y buganvillas, ventanas de guillotina y suelo de baldosa hidráulica forman el escenario que arropa al comensal, huésped o pasante, que puede disfrutar de un desayuno o brunch preparado como se hace en casa: todo elaborado en nuestra cocina, a partir de la materia que procuramos obtener de pequeños productores locales y recetas de repostería herencia de madres y abuelas.
Las cenas suenan al mismo son: la intención es hacer felices a nuestros visitantes a través de una cocina franca y de proximidad, elaborada con cariño y respeto por el producto. Sin filigranas.
La experiencia es mágica: el patio iluminado únicamente por velas y ‘chandeliers’. Es, además, la ocasión perfecta para visitar nuestra bodega, situada en la antigua despensa de la casa. Es un momento de intimidad entre cliente y bodega, en que éste escoge y coge la botella que más le tienta.
Abrimos al público cada día para desayunos desde las 8.30h y brunch desde las 11h. De jueves a domingo a partir de las 19.30h estamos abiertos para cenas.
